La avenida Sarasota se desnuda ante la mirada de quienes requieren la compañía de mujeres como “Katherina”, una trabajadora sexual que bajo su pseudónimo ofrece por las noches su cuerpo a quienes buscan comprar el placer.
Parada frente a un establecimiento comercial cerrado y vigilado por un seguridad, “Katherina” se refugia en su propia sombra desprendida por uno de los tantos postes de luces que se encuentran en ese lugar, esperando que los clientes se le acerquen o soliciten.
Sola y alejada de sus demás compañeras, quienes se agrupan en las diferentes esquinas, acude a uno de los acostumbrados llamados que se le hace desde la ventanilla de un vehículo para negociar el acuerdo sexual.
Con un tono seductor y la mirada perdida expone su menú con detalles: “Papi si tú quieres irte solo conmigo, te cobro RD$ 3,000 con todo, ya que amaneceremos y haremos lo que se te antoje, pero si quieres que vaya tu novia conmigo y hagamos un trío, el precio aumenta a RD$ 3,500”.
Ante el ofrecimiento, donde su cuerpo se degrada económicamente pero se acrecienta para los bolsillos de quienes solicitan el trabajo, se inicia un debate de rebajas con el fi n de llegar a un acuerdo, y debido a la insistencia, un pacto se sella para disminuir el precio.(Fuente Listin Diario)
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